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Volver al origen despierta la creatividad

  • corm1987
  • 8 jun 2014
  • 3 Min. de lectura

Estar trabajando desde las trincheras del ministerio juvenil nos ha enseñado que la creatividad juega un papel sumamente importante. Los líderes juveniles que están comprometidos con impactar la vida de los jóvenes saben que es relevante dedicarle tiempo a explorar los mundos desconocidos que la creatividad puede plantear y detectar todo aquello que la destruye sigilosamente.


Si hacemos un profundo trabajo de conciencia y evaluación del ministerio juvenil que nos toca representar, podremos reconocer nuestras fuentes de movimiento y llegar a la pregunta ¿qué es lo que está moviéndonos? Al igual que cualquier aparato electromecánico, el motor es la fuente que genera el movimiento, el ministerio juvenil en su centro alberga un impulsor; el problema sería no saber cuál es nuestro corazón o motor de funcionamiento. Conscientes o no, algo nos mueve y el punto es que no sabemos a dónde y con qué fuerza lo hace.


Pablo nos dejó muy en claro el propósito de cualquier ministerio ya sea de chicos, jóvenes, adultos y/o abuelos experimentados, fue tan claro y directo en su carta a los Galatas capítulo cuarto verso diecinueve: “Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes”. Listo todo lo demás es añadidura, cualquier cosa que quieras agregarle es para que se vea un poco más estético.


Ahora bien la creatividad es la expresión de crear algo de la nada, en este sentido sólo Dios es un Ser creativo, ya que creó de la nada la vida y todo la majestuosa naturaleza. En su gracia nos permite ser partícipes de esa creación y nos da la oportunidad de re-crear. Un ejemplo claro es que le dio a Adán la oportunidad de ponerle nombres a los animales, sin duda alguna es un trabajo que requirió mucha creatividad.


Dios espera que seamos creativos, que desarrollemos nuestras capacidades a la hora de enfrentarnos ante nuestro llamado. La creatividad debería estar generando un sinfín de ideas de cómo lograr cumplir nuestra meta, de abrir bien nuestra mente y ojos para ver aquello que nadie más ha visto a la hora de interactuar con los jóvenes de nuestras comunidades.


Hace algunos años un riojano llamado Manuel Jalón Corominas, quien trabajó para la fuerza aérea de E.U.A, al regresar a su país quería aplicar toda la tecnología que había estado conociendo. En su afán de mejorar las cosas, en una charla con un amigo le confesó acerca de su frustración por no <<poder>> provocar un cambio en España, su amigo le aconsejo que si en verdad quería hacer algo por los españoles debería hacer una fregona (trapo que ocupan para limpiar los pisos) con la que las mujeres pudieran limpiar de pie y no agachadas como lo hacían en aquel tiempo y que millones de mujeres le agradecerían eternamente. Pasó por muchos “fracasos” antes de llegar a comercializar lo que ahora conocemos como trapeador, volviéndose un producto completamente redituable y de gran beneficio para las mujeres de todos los tiempos y hombres modernos.


En el ministerio juvenil muchas veces queremos hacer grandes cambios en la estructuras de nuestras iglesias, nos aventuramos a luchar contra las ancestrales denominaciones, decepcionados por no lograrlo vemos esto como un apagafuegos y abandonamos todo acto creativo de innovación, recreación y/o de respuestas originales ante las problemáticas que se presentan.


Debemos tener presente que podemos pretender que el seguir usando las ideas brillantes que se concibieron hace unas décadas es la solución para los retos del presente; este sin duda será el peor enemigo de la creatividad. No podemos creer que ya todo fue creado y que los odres viejos son para las nuevas generaciones. Así mismo ser consumistas de ideas de los demás puede representar un peligro; seamos originales (sig. volver al origen) al volver a Dios para encontrar esas ideas que van a revolucionar nuestro contexto.


Enfoquemonos en trabajar para que Cristo sea formado en los adolescentes, exploremos ideas, propongamos nuevas formas de reuniones, salgamos a buscar nuevos lugares, abandonemos esa actitud consumista de ideas y herramientas de otros ministerios, es hora de re-crear con tu equipo de trabajo esos espacios. Es tiempo programar más que simples actividades, comprometámonos en gestar relaciones significativas con los chicos, vayamos a Dios para que broten ríos que generan ideas de vida, esa vida que solo Dios puede crear de la nada.


Pulbicado en Revista: LíderJuvenil

Coach Mauricio Constantino

 
 
 

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